En una ciudad tan cosmopolita como París, es posible progresar profesionalmente ha- blando sólo inglés. Pero en lo que respecta a la vida social, eso es otra historia. Una historia que Qi Kong, nativa de Shanghai, recuerda entre risas.
Qi Kong pensaba conocer bastante bien Francia. Al fin y al cabo, la joven shanghaine- sa trabajaba para una empresa francesa, se encontraba con amigos franceses en los numerosos bistrós y restaurantes de la megalópolis, e incluso se enamoró de un fran- cés. Por eso, cuando decidió dar el paso y venir a vivir a París, se sintió culturalmente preparada. Pero había omitido un pequeño detalle: en Francia se habla... francés
« Lo único que sabía decir en francés era 'bonjour', 'au revoir', 'bisou' y 'tchin'". Con mi novio, hablamos en inglés, porque es más fácil, más eficiente. Del mismo modo, me matriculé en ESSEC* para estudiar finanzas - hasta entonces había estudiado literatura china - y las clases son en inglés. Así que ahí no iba a progresar, y me sentía un poco perdida en mi vida cotidiana. Terminé pensando que debía ser la única en todo París que no hablaba francés. »
Cursos intensivos, progreso inmediato
Qi comenzó entonces a dudar de sí misma. « Vi un informe que decía que el francés es el décimo idioma más difícil de aprender, y el chino el primero. Ya hablaba chino, nor- malmente habría podido aprender francés con facilidad, ¿no?».
Ademas, como para reforzar este sentimiento, los estudiantes chinos con los que se encuentra Qi se expresan muy bien en francés. « Les pregunté cómo habían aprendido y me hablaron de Alliance française de Paris » .
Por fin ¡el sésamo! Inmediatamente, Qi se inscribió para un mes de cursos intensivos.
« Y gracias a los profesores, que realmente son geniales, los progresos fueron increíbles. Al cabo de un mes, me instalé en un café parisino y pude mantener conversaciones con la gente. ¡Qué felicidad! ».
Y con estes progresos en francés, Qi recobre su confianza en sí mismo. « En Alliance conocí a muchas personas que estaban en la misma situación que yo, o que a veces tenían aun más dificultades. Mi suerte es que no tengo miedo a equivocarme, me atre- vo a probar más que otros. Además, me ha permitido ampliar mi círculo social, organi- zar salidas culturales con amigos que conocí allí. Para los expatriados, realmente es una oportunidad ».
Un acento idéntico de norte a sur