« Los retos están para aprender a superarnos »
Alberto Holgueras demuestra un entusiasmo infalible, y una cierta impermeabilidad al fracaso, que nunca parece afectarlo. Con la posible excepción de la lluvia parisina, que estuvo a punto de enfriar la determinación de este bailarín profesional vuelto especialista del turismo. Esta es su historia.
Antes de llegar a París, Alberto Holgueras ya había vivido dos vidas completas. La primera comenzó en Madrid, la ciudad donde daría sus primeros pasos. Al sentido literal como figurado, ya que después de estudiar ballet en el conservatorio, decidió convertirlo en una carrera.
« A los 17 años, me marché de España. Musicales, cruceros por el mundo, teatros, casinos, iba de proyecto en proyecto. Y de país en país. Pero después de 15 años de esta vida, había surgido un sentimiento de soledad. Claro, viajas, encuentras a une montón de gente, pero al final del día te encuentras solo en tu habitación, en tu hotel ».
Volver a la vida normal
En ese momento, Alberto ya llevaba unos años en Japón. Y se preguntó : si dejara de bailar, ¿qué bien podría hacer? ¿Qué otras habilidades podría presentar? « La respuesta vino sola : lo que más conocía, fuera del mundo artístico, eran los hoteles, ¡el turismo! ».
Bien decidido a cambiar de vida, Alberto Holgueras retomó sus estudios. Regresó a Madrid con un nuevo diploma en el bolsillo. Y una nueva carrera en la hostelería de lujo. « En ese momento, viví una vida que no había conocido antes : tenía un trabajo, ratos libres, podía salir a tomar algo con mis amigos por la noche, disfrutar de mi familia... ¡La vida normal! »
Un encuentro decisivo
Dos años se extienden así. Alberto cree que por fin se ha asentado, cuando un nuevo elemento aparece de repente en su vida cotidiana : el amor. « Conocí a mi compañero en Madrid, donde estaba por su trabajo, por una misión en finanzas. Tras unos meses de una historia como la que siempre había soñado, le tocaba volver a París. Y me ofreció ir con él ».
Evidentemente, Alberto Holgueras volvió a hacer las maletas y se dirigió a la capital francesa. « Pues imagínate : hablo español, inglés, un poco de portugués, un poco de italiano, un poco de japonés, ¡pero ni una palabra de francés! Parecía una locura, pero soy de los que piensan que los retos están para aprender a superarnos. Así que busqué una escuela de lenguas, pero ninguna me gustó. Hasta que conocí a Alliance Française de Paris y sus talleres de francés a través del teatro. Estaba hecho para mí. »
El efecto Lost In Translation
Pero antes de volver a las tablas, Alberto tiene que aprender lo básico. « Sobre todo porque me apasiona la comunicación, y me quedaba con una frustración muy grande. Ademas, los parisinos me parecían distantes e indiferentes, después de mi experiencia japonesa. Y claro, si no comprendes la lengua, no puedes comprender el modo de vida ».
Para compensar este efecto Lost In Translation, Alberto Holgueras redobla sus esfuerzos con Alliance française, tomando una serie de cursos intensivos. A1, A2, B1… « Porque el francés, a diferencia del japonés, no se puede aprender fonéticamente: ¡la pronunciación es muy diferente de lo que se escribe! Por suerte, gracias a los profesores, he hecho unos progresos impresionantes ».
Impresionantes, pero no suficiente para este perfeccionista. « Empecé un grupo en WhatsApp con los otros estudiantes, para continuar las discusiones fuera del aula, y para mantener esta conexión. Porque eso también es lo que caracteriza Alliance française, gente del mundo entero con la que se puede hablar, ¡y no sólo de gramática! ».
El futuro se escribe en París
JDía tras día, Alberto Holgueras va ganando en el dominio de la lengua. Al punto que ya se siente listo para llevar el francés a su esfera privada. « Con mi pareja, solíamos comunicarnos en inglés. Empezamos a permitir una hora al día completamente en francés. Y ahora sólo hablamos en francés. Excepto en caso de emergencia, cuando realmente no puedo expresarme »..
Parece que esta motivación fue mayor que las demás, ya que los progresos de Alberto han sido mucho más rápidos desde entonces... Y ahora, Alberto Holgueras se siente preparado para empezar su nueva vida. La tercera. Su vida parisina.