Alliance Française de Paris tiene una larga historia de transmisión, de manos tendidas. Su apoyo desde 2017 al Programa de acogida de científicos en el exilio es otra perfecta ilustración de esta vocación. De este asunto tan especial nos habla hoy Camille Amat, coordinadora administrativa a la École des hautes études en sciences sociales (EHESS).
IHan emprendido este camino para comprender los fenómenos físicos. O para responder a los problemas de la sociedad. Tal vez trataban de anticipar el futuro, analizando el pasado. Pero nunca habrían pensado que lo que buscarían, un día, sería algo mucho más prosaico: simplemente seguir vivos.
Por todas partes del mundo, la violencia política ha llegado a pesar peligrosamente sobre la investigación académica. Y es para ayudar a estos investigadores en peligro que Francia, en 2017, desplegó la iniciativa PAUSE, el Programa nacional de acogida de emergencia para científicos en el exilio, liderado por el Collège de France.
Una gran capacidad de adaptación
Una acogida organizada a través de instituciones de educación superior, donde los investigadores pueden encontrar un refugio científico y continuar su trabajo durante uno o dos años.
À Paris, l’Ecole des hautes études en sciences sociales (EHESS) fait partie de cette chaîne de solidarité, sous la responsabilité de Cléo Carastro, maîtresse de conférences et chargée de mission auprès de la présidence sur les thématiques concernant les étudiants et chercheurs en situation d'exil.
En París, l’École des hautes études en sciences sociales (EHESS) forma parte de esta cadena de solidaridad, bajo la responsabilidad de Cléo Carastro, profesora y asesora del gabinete del Presidente en cuestiones relativas a los estudiantes e investigadores en el exilio.
"Es una misión que necesita una gran adaptabilidad, debido a la urgencia de cada situación", dice Camille Amat, antigua alumna de la escuela y coordinadora administrativa del programa PAUSE. "A veces su trabajo es la causa de que se pongan en peligro, otras veces es por las posturas que adoptan, su activismo, que sea o no relacionado con sus actividades científicas. Pero en todos los casos, los beneficiarios de PAUSE corren el riesgo inmediato de ser encarcelados, cuando no es su vida la que está amenazada. Se trata, pues, de poder ponerlos fuera de peligro en pocas semanas".
Pero muy pronto, la EHESS se encontró con un obstáculo: la barrera del idioma. "Somos una estructura pequeña y no tenemos un programa de francés como lengua extranjera, como hacen algunos departamentos universitarios. Y a pesar de la buena voluntad de algunos profesores-investigadores, la gran variedad de perfiles de los galardonados del programa no nos permitía ofrecerles una formación adaptada. Algunos hablan un poco de francés, otros no, y algunos lo hablan muy bien pero lo quieren mejorar por escrito... ".
Facilitar la integración científica
También hay otra realidad en Francia: dentro del mundo académico, la falta de conocimientos de francés puede a veces impedir en parte la integración científica. Por no hablar de la integración social en este nuevo país que deben afrontar estos recién llegados.
"Así que se nos ocurrió recurrir a Alliance Française de Paris, con la que habíamos establecido una colaboración unos años antes para nuestros estudiantes. Sus equipos respondieron inmediatamente con humanidad a la urgencia de nuestras situaciones".
Este apoyo informal se concretó al año siguiente, cuando Alliance obtuvo un contrato público con la EHESS.
«"Son un equipo maravilloso, especialmente implicado en el éxito de esta cooperación, que muestra una gran flexibilidad y un sentido de la colaboración muy apreciado", elogia Camille Amat.
"Es importante entender que, debido a la urgencia, recibimos a los científicos en cualquier momento del año. A veces llamamos a Alliance justo una semana antes de su llegada, y el equipo siempre responde. Saben adaptarse a las inquietudes de estos científicos que a menudo han vivido un verdadero trauma, y les ofrecen, además de la necesaria inmersión lingüística, redes sociales y experiencias culturales. Todo ello sin revelar nunca la realidad de su situación. Cuando un científico llega a clase, es uno de los muchos aprendices".
Una ventana para escapar de la dura realidad
¿Y qué sacan los beneficiarios de PAUSE de todo esto?
"Son conscientes del carácter a medida de estos cursos, que se adaptan a su perfil y a su calendario de investigación. Y también lo ven como una ventana a la cultura francesa que les permite evadirse de su vida cotidiana".
En cuanto a Alliance Française de Paris, demuestra con su participación en este programa que es mucho más que una simple escuela de idiomas.
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